Terminar la carrera tras la crisis de 2008, propicio que, como muchos otros de mi generación, tuviera que emigrar para poder desarrollar mi carrera. 

Empecé por amistad en Ecuador. Donde aprendí como trabajar con mano de obra, más artesanal, pocos recursos, mucha inventiva, en un clima tropical y altamente sísmico.

Por amor viajé, casi hasta las antípodas de España. En Australia, vi como construye una sociedad altamente especializada y tecnificada. Aprendí métodos comunes en el sistema anglosajón, basados en construcción ligera de entramados, estructura de madera y la flexibilidad y aprecio, por la diferencia de su urbanismo.

La familia nos llevó a mi esposa y a mí, volver a Europa. En la verde Irlanda, aprendí de su flexibilidad y dinamismo a la hora de trabajar en equipos, donde el arquitecto no es el director, sino un miembro más que colabora en la obra. También es donde aprendí con profundidad el uso de programas BIM, en concreto Archicad, que me abrió la puerta al potencial de las nuevas tecnologías a aumentar la eficiencia del proceso de diseño y la comunicación con todos los miembros.

Finalmente, mis hijas, nos han devuelto al punto de partida, Binéfar, donde espero poder verter todo lo aprendido y ayudar a la prosperidad de mi familia y vecinos.